Todas las adicciones tanto a psicoactivos como a comportamientos, tienen un común denominador y este es el dolor. Esto, quiere decir, que el dolor emocional no es la causa de las adicciones ya que son cuadros clínicos multifactoriales. No es una sola causa la que los origina.
Este dolor puede ser de tipo emocional en la mayoría de las veces, pero también dolor físico, en la minoría de los casos. Bien, empecemos con uno de los cuadros clínico/psicológico más importantes como creador de “dolor emocional”:
ABANDONO
De cualquiera de los dos padres o de ambos, tiene un impacto profundo en la vida emocional y psicológica de un niño, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar adicciones en la edad adulta. A continuación, se explican algunas formas en las que el dolor del abandono puede
contribuir a la adicción:
Baja autoestima: El abandono puede hacer que un niño SE SIENTA NO QUERIDO, INDIGNO O INSUFICIENTE. Esto puede dar lugar a una baja autoestima, lo que a su vez puede llevar a buscar formas de escapar de los sentimientos negativos a través del consumo de sustancias (incluyendo el alcohol desde luego), o al desarrollo de comportamientos, que le permiten a este niño o jóven, evadir o estar alejado de sus sentimientos en forma momentánea y que al incurrir en su repetición, llevará a la adicción inexorablemente.
Problemas de apego: Los niños que experimentan el abandono pueden tener DIFICULTADES PARA FORMAR RELACIONES SALUDABLES en la edad adulta. Pueden luchar por confiar en los demás y temer el rechazo, lo que puede llevar al aislamiento y a la soledad por un lado, o a la dependencia emocional (Comportamiento de Personalidad Dependiente-DSM V), por el otro. La adicción puede ser una forma de llenar ese vacío emocional y sentirse temporalmente conectado o
aliviado.
Mecanismo de afrontamiento: El dolor generado por abandono paterno o materno, no le permite contar con soluciones saludables al niño o al jóven y por lo tanto es poco probable que busque ayuda o, que la permita. Las personas que han experimentado el abandono a menudo recurren a sustancias o comportamientos adictivos como una forma de hacer frente al dolor y la angustia emocional, de una manera más fácil. Estos pueden proporcionar un alivio temporal hacia la tristeza, la soledad y la ansiedad por el estrés.
Automedicación: El buscar alivio en medicamentos lícitos (aquellos que se generan por medio de una receta médica), conlleva a mi juicio, a un peligro mayor ya que existe el permiso de un médico o especialista para lidiar con estos sentimientos. La automedicación para la depresión o la ansiedad, abre las puertas para adicciones más severas y autodestructivas.
Búsqueda de identidad: LA FALTA DE RECONOCIMIENTO DE HABILIDADES, DE LA AUSENCIA EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, DE LA BUENA COLOCACIÓN DE LIMITES, MÁS OTROS ASPECTOS VITALES en la construcción de una identidad propia genera inevitablemente en las personas un sentimiento de vacío y falta de identidad. Esta desadaptación personal hace recurrir fácilmente al consumo para llenar vacios de identidad y vinculo personal y social.
Influencia del entorno: Si el abandono es motivado especialmente por el CONSUMO DE ALCOHOL O DE SUSTANCIAS POR PARTE DE LOS PADRES, un niño que crezca en un entorno en el que el abuso de sustancias o beber, es común, es más probable que él o ella desarrolle adicciones o actitud problemática con el alcohol, como respuesta a la presión social (que se presenta siempre como parte normal en el desarrollo de los niños y jovenes) y la disponibilidad de sustancias adictivas. Es importante señalar que no todas las personas que han experimentado el abandono de padres desarrollarán adicciones, ya que la vulnerabilidad a la adicción es el resultado de una interacción compleja de factores genéticos, ambientales, psicológicos y biológicos. Sin embargo, el dolor del abandono puede aumentar el riesgo en el desarrollo de adicciones en algunas personas, y es esencial abordar estos
problemas emocionales y psicológicos de manera adecuada a través de terapia y el apoyo social para reducir este riesgo.
Ahora bien, me parece de vital importancia en este escrito discutir una de las adicciones hoy en día más frecuentes, pero poco reconocida a nivel social y profesional. Se trata de la:
DEPENDENCIA EMOCIONAL
Debido a la complejidad de su cuadro emocional y comportamental, no es prudente de mi parte, decirles una definición de lo que es la dependencia emocional. Como estos cuadros psicológicos se caracterizan también por negación puede generar un peligro en las personas frente a decir por ejemplo: “yo no encajo en esa definición y por lo tanto no soy dependiente emocional”. Digamos más bien que si una persona “X” viene de una familia en la cual hay disfuncionalidad clara por alcohol, abuso de sustancias, roles mal definidos, ausencia de limites claros y tiene relaciones afectivas, en las cuales los vínculos son abusivos (dolor) y esta persona, no ha logrado desvincularse de alguna forma, tendrá una dependencia que necesita ayuda terapéutica como guía y crecimiento.
Las causas de la dependencia emocional pueden ser diversas y complejas, y a menudo involucran una combinación de factores. Algunas de las causas más importantes incluyen:
Inseguridad emocional: LA FALTA DE CONFIANZA EN UNO MISMO Y LA AUTOESTIMA BAJA pueden llevar a una persona a buscar validación y apoyo constantes de otras personas para sentirse valiosa y segura.
Experiencias traumáticas previas: Las personas que han experimentado TRAUMAS EMOCIONALES O ABUSOS EN RELACIONES PASADAS pueden ser más propensas a desarrollar dependencia emocional, ya que pueden temer la soledad y buscar desesperadamente la seguridad en
otras personas.
Falta de habilidades de afrontamiento: LA INCAPACIDAD PARA LIDIAR CON EL ESTRÉS, LA ANSIEDAD Y LAS EMOCIONES NEGATIVAS de manera saludable puede llevar a una persona a depender de otra para proporcionar apoyo emocional y alivio.
Modelos de relación disfuncionales: Cuando una persona ha crecido en un ENTORNO EN EL QUE LAS RELACIONES DISFUNCIONALES eran la norma (familia), es común que adopte patrones de dependencia emocional como modelo de relación, sin ser consciente de que existen alternativas más saludables y se trata más bien, de repetir lo observado en la familia, como lo mencioné anteriormente.
Necesidad de pertenencia y aceptación: Este aspecto es talvez el de mayor relevancia hoy día en las relaciones sociales entre jóvenes. La NECESIDAD INNATA DE PERTENECER Y SER ACEPTADO SOCIALMENTE puede llevar a las personas a depender emocionalmente de los demás para satisfacer esta necesidad fundamental.
Miedo al abandono: Ya discutimos en el punto anterior el abandono. En este contexto se encuentra con bastante frecuencia la asociación entre el miedo al abandono de un padre por su hija(o) y de una madre por su hijo(a), este dolor es generador más sobresaliente de dependencia emocional. Las personas pueden sentir que si no satisfacen constantemente las necesidades de su pareja, serán abandonadas. Esto puede llevar a una dinámica de sumisión y dependencia en la relación.
Falta de habilidades de afrontamiento: Las personas que carecen de HABILIDADES EFECTIVAS DE AFRONTAMIENTO (COLOCACIÓN DE LÍMITES, RESPETO POR LAS DECISIONES PROPIAS, NO MIEDO AL CONFLICTO, ETC), pueden depender de otros para manejar el estrés, la soledad y otras emociones difíciles. Esto puede manifestarse como dependencia emocional en la relación.
Cultura y normas sociales: EN ALGUNAS CULTURAS O ENTORNOS SOCIALES, SE PUEDEN PROMOVER ROLES DE GÉNERO que fomenten la dependencia emocional. Por ejemplo, se espera que las mujeres sean sumisas y dependientes en algunas culturas, lo que puede contribuir a este patrón de comportamiento.
Es importante señalar que la dependencia emocional no es saludable en una relación y puede llevar a una dinámica desequilibrada y potencialmente tóxica. La terapia y el apoyo psicológico son herramientas eficaces para abordar la dependencia emocional, ayudando a las personas a desarrollar una mayor autonomía emocional y relaciones más saludables.
PADRES SOBREPROTECTORES (GENERAN ADICCIONES)
Los padres sobreprotectores pueden contribuir al desarrollo de adicciones en sus hijos de varias maneras. Aunque la intención de proteger a sus hijos es comprensible, un exceso de protección puede tener efectos negativos en el desarrollo de HABILIDADES DE AFRONTAMIENTO Y EN LA AUTONOMÍA EMOCIONAL DE LOS HIJOS. Aquí hay algunas formas en las que la sobreprotección de los padres puede llevar al desarrollo de adicciones:
Falta de habilidades de afrontamiento: CUANDO LOS PADRES PROTEGEN EN EXCESO A SUS HIJOS DE SITUACIONES DIFÍCILES O CONFLICTOS, LOS HIJOS PUEDEN NO APRENDER A DESARROLLAR HABILIDADES DE AFRONTAMIENTO EFECTIVAS. En lugar de enfrentar y resolver problemas, pueden recurrir a sustancias adictivas como una forma de lidiar con el estrés y las emociones negativas.
Baja autoestima: La sobreprotección puede llevar a una BAJA AUTOESTIMA EN LOS HIJOS, YA QUE PUEDEN SENTIR QUE NO SON CAPACES DE CUIDAR DE SÍ MISMOS O ENFRENTAR DESAFÍOS POR SÍ MISMOS. Esto puede hacer que busquen la aprobación y validación a través de comportamientos adictivos como una forma de sentirse mejor consigo mismos.
Falta de autonomía: Los hijos sobreprotegidos pueden CARECER DE AUTONOMÍA EMOCIONAL Y DECISIONAL. Cuando llegan a la edad adulta, pueden sentirse perdidos y confundidos acerca de cómo tomar decisiones por sí mismos. Esto puede hacer que sean más susceptibles a influencias externas, como la presión de grupo, que los lleven a la adicción.
Rebeldía: La sobreprotección excesiva a menudo GENERA SENTIMIENTOS DE FRUSTRACIÓN Y REBELDÍA EN LOS HIJOS. En un intento de obtener libertad y autonomía, algunos pueden recurrir a comportamientos adictivos como una forma de rebelión contra la sobreprotección de sus padres.
Falta de responsabilidad: Cuando los padres hacen todo por sus hijos, estos NO TIENEN LA OPORTUNIDAD DE APRENDER A ASUMIR RESPONSABILIDADES Y ENFRENTAR LAS CONSECUENCIAS DE SUS ACCIONES. Esto puede llevar a una falta de responsabilidad y a la búsqueda de gratificación inmediata que a menudo se encuentra en las adicciones.
